Apología solitaria
Muy dentro de mí siento que necesito un cambio,
cansado de todo, todo parece ser lo mismo,
siempre infeliz, no puedo encontrar una sonrisa,
cansado de todo, todo parece ser lo mismo,
creo que lo puedo llamar suicidio...
Mi Mantra de tantos cortos años, la oración de cada día,
lo escribí hace tanto tiempo que no recuerdo en que pensaba,
entre muchos párrafos fue el único que nunca olvide,
y qué será, tan grande es la adicción a la soledad,
una pila de gente cruza el centro de mi espíritu
la puerta siempre abierta,
pero no esta permitido permanecer en él,
lo han visitado amigos del alma, de la vida, del momento,
amores y lazos,
caricias han dado vida nueva a esa parte vetusta,
pero no quiero que se queden
y ellos nunca han querido quedarse,
no hay mucho que ver,
no hay mucho que contar desde fuera,
solo es, y lo quiero mío.
Es que nadie logrará comprender
la envergadura de aquel centro
mientras venga con fantasmas de equipaje,
sus fantasmas nacen desde su propio centro,
todos tenemos de esos,
y con sus perniciosas manos tapan los ojos del alma,
por eso muchas veces nos sentimos solos;
comprendí eso hace tanto tiempo que no recuerdo en que pensaba.
Es que nunca nada ha regocijado mi espíritu
son todas sensaciones que vienen y van,
abstractas, explosivas, impactantes,
pero fugaces,
eso enseña a disfrutar de las pequeñas cosas,
que no son pequeñas, en realidad son gigantes,
pero así es cómo bautizamos las etapas cortas,
las que deseamos que nos acompañen siempre
pero siempre al final terminan dejándonos solos,
no hay mejor manera que decirles pequeñas,
así nos sentimos grandes,
y aparentamos que no duelen.
Y seguimos solos.
No es sufrimiento, no es casualidad,
la hemos elegido, estamos solos pero rodeados de amor,
de gente que amamos,
de relaciones que nos acompañan y que necesitamos,
de contención y de apoyo,
porque los ermitaños también
necesitamos dejarnos caer sobre un regazo suave que nos cobije,
pero sabemos que no permaneceremos ahí por mucho
solo queremos un instante que puede durar años,
o meses, o un segundo,
por eso siempre vamos de paso,
con nuestras maletas hechas pues siempre llegamos de visita.
Mi mente esta para hacerme feliz,
que sabia frase, tantas ideas y sensaciones,
tan verdadera cuando hemos elegido dejar las puertas abiertas
y convertir nuestro ser en un pasillo de aquellas pequeñas cosas;
“pasen todos por aquí al final encontrarán la salida, dejen todo lo que puedan, no toquen mis recuerdos, no se lleven nada y no se
asusten por los fantasmas, buen viaje y adiós”.
Y con cada visita me siento más rico, menos ansioso,
más cerca de ser feliz, un solitario baúl de recuerdos,
y es mi camino, así lo elegí,
tantos buenos amores que han pedido permanecer,
pero la puerta de salida los arrastra,
tantos que he deseado que se queden,
pero han creado sus propias salidas.
Tantas lecciones mal aprendidas,
tantas moralejas en el seno de la memoria.
Soy un hombre lleno de fantasmas,
que disfruta la soledad porque es lo único permanente en su vida,
Lo entendí hace tanto tiempo que no recuerdo en que pensaba.
Comentarios
Publicar un comentario