Recorriéndote, Quiero que muerdas mi carne, Salada y fuerte, Que empieces con mis brazos robustos como ramas de árbol, Que sigas por este pecho con el que sueñan tus sueños húmedos Por este pecho cueva donde se esconde tu cabeza hurgando la ternura, Este pecho que suena como tambores cuando te acercas, que arde como lava cuando lo muerdes Que te quedes en él un rato largo enredando tus manos en este bosque de arbustos que me crece suave, ensortijado y negro sobre la piel desnuda, creando el sendero que te llevará a aquel lugar secreto donde encuentras el espasmo, y la explosión, y el orgasmo. Que sigas después hacía mi ombligo, hacía este centro donde empieza el cosquilleo, que me beses, que me muerdas, hasta llegar allí, A ese lugar apretado y secreto, que se alegra ante tu presencia, que se adelanta a tu llegada, que se levanta para recibirte, Y va a ti con toda mi dureza de macho enardecido. Que luego bajes a mis piernas firmes como tus convicciones gue...
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