CABALLOS SALVAJES de Alejandro Rebollo

Hiciste trizas el poder acercarme a ti,

me da miedo decir que te necesito,
y sin embargo no sé si quiero necesitarte.



Tú te despediste en aquella esquina,
y me quede solo sin saber adónde ir o qué hacer.



Un cruce de calles maldito por el silencio,
bocas calladas, pieles mudas.

Ella en su rutina de partir y viajar me recordó

que los finales desesperan al firmamento.

Y yo aquí sentado, mirando las gaviotas del mar,

regresé a un viaje por el rail de mi pasado
y me encontré caballos salvajes galopando por la playa.



Cuando me miro me doy cuenta que soy uno de ellos
atrapado en una prisión de la que no sé escapar.



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