Navajas
de desgarrar los ojos con navajas
para cegar la mirada convencional
para que surja la mirada asomada al interior
Si existe
un placer es el de hacer el amor
el cuerpo rodeado de cuerdas
y los ojos zurcidos con una maquina overlock
Las manos
como volcanes eructan hormigas
que deambulan entre las uñas
que atesoran bajo el cuté los rastros de un ataúd
Arrastras
sobre tus hombros las ataduras
de una mula podrida, dos pianos de cola
un cura rezando, y un niño perdido pidiendo perdón
Mientras
se lanzan los besos desde trincheras
mi boca se borra, y habla el desgano
chocas los cinco, has el saludo entre navajas de afeitar
Vete, saca la lengua y huye.
Mientras cierra la puerta
atrapa la mano con agujeros de tu galán.
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