Mucho tiempo sin mirar... medité en recurrir a las pinturas que fascinan la pupila contraída...
dicen más aquellos pintores inspirados en la poética silueta humana, en la desfigurada realidad que nos atemoriza suavemente, todo inspira divinamente; las palabras juegan al son de los paisajes infinitos.
Las cartas salen de su guardaré
no buscan salir para ser observadas por el inquieto estudiante
un pedazo de ellas cae en el inmenso mundo de la curiosidad ácida, no creer que naces de lo racional y lo vuelve irracional...
Las cartas salen de su guardaré
no buscan salir para ser observadas por el inquieto estudiante
un pedazo de ellas cae en el inmenso mundo de la curiosidad ácida, no creer que naces de lo racional y lo vuelve irracional...
El sentimiento de aquellas cartas crece a medida que el dedo sudorífico del escritor inventivo cae sobre la hoja...
Los dibujos pierden sentido al decir que las letras pierden la mente racional, buscar el inmenso movimiento de una hoja que busca salir a encontrarse con el entendimiento que está lejos de llegar a estas tierras lejanas.
Apriétalo.
La fuerza del dedo comprime la piel sensible,
el dolor crece a medida que las ganas de apretar cada fibra de ti enrojece la entraña interna, aquella que está escondida...
El dolor, gran señal que busca retraer la idea del pensante,
en la desnudez existe en una especie de soporte del cual no se sale de la desnudez vestidamente horrenda.
Sentir que lo que nos rodea es una fealdad inexorable
es innegable que todos seremos los mas sucios ropajes que mirarán como la obscenidad errante del voyerista urbano...
Todo busca ser original, pero la limitacion de lo cultural remite a cada cual apretarse el pezón más pequeño...
no buscar...
tocar queda hacer y luego pensar.
tocar queda hacer y luego pensar.
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