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Mostrando entradas de 2020

Compañera

Solo con la guía de mi intuición, desde mi ser, te escribo. Sobrevivo, al igual que tú, a lo que ha pasado y lo que está pasando; hemos navegado largas noches en nuestras oscuridades, y en la tragedia griega de nuestros pensamientos, alcanzamos sobrevivir la odisea que nos cabalga en la mente. Esta tarde estuve solo, soledad cansada, trasnochada y solitaria, y en una vorágine inspirada escribo desde un riel de notas que me regala la guitarra, un riel dulce y amable que me permite arrullar las aguas. Finalmente h e logrado llegar al centro de esta cumulonimbus que antes anunciaba la tormenta, solo gracias a la brújula de una memoria emocional que se abre como cobijo en medio del aislamiento que esta vez no he elegido. He llegado a un núcleo de luz en donde te he encontrado y te he vuelto a ver, re significada, resuelta, hermosa, altiva, arrulladora, vulnerable, inofensiva y amada; la verdad es que siempre te encuentro allí cuando quiero sentirme feliz -en paz- .  Pensa...

Sombrerero - 09/2019

Estoy loco por ti, al parecer me convertiste en tu sombrerero, vi aquel un bolso lleno de los que dejé, esa fue mi manera de cuidar tu rostro del sol para cuando no pudieras refugiar tu mirada bajo mi mentón. De alguna manera ese hilo rojo del que tanto hablan los adolescentes, comenzó como un fino filamento rojizo en nuestra pubertad y fue creciendo hasta convertirse en un frondoso, y tal vez irrompible, telar. En el ayer, y especialmente en el ahora, cada vez que dos ideas surgen en mi mente, en medio aparecen tus ojos que flotan y danzan azules entre ellas, no hay dos pensamientos hilados sin que estén  pintados de colores. Desde el día en que nos elegimos no volví a pensar en nada que me alejara de ti. Una especie de alocada sinapsis, o tal vez un desorden químico en el seno de mi memoria mas prístina y emotiva me guían a ti, me impiden ir muy lejos sin asegurarme de que te llevo conmigo. Haces que me pierda en tu mirada, en tus palabras y sobre todas las cosas, me pierdo en...

Marejada - 22 de octubre de 2018

Recorriéndote, Quiero que muerdas mi carne, Salada y fuerte, Que empieces con mis brazos robustos como ramas de árbol, Que sigas por este pecho con el que sueñan tus sueños húmedos Por este pecho cueva donde se esconde tu cabeza hurgando la ternura, Este pecho que suena como tambores cuando te acercas, que arde como lava cuando lo muerdes Que te quedes en él un rato largo enredando tus manos en este bosque de arbustos que me crece suave, ensortijado y negro sobre la piel desnuda, creando el sendero que te llevará a aquel lugar secreto donde encuentras el espasmo, y la explosión, y el orgasmo. Que sigas después hacía mi ombligo, hacía este centro donde empieza el cosquilleo, que me beses, que me muerdas, hasta llegar allí, A ese lugar apretado y secreto, que se alegra ante tu presencia, que se adelanta a tu llegada, que se levanta para recibirte, Y va a ti con toda mi dureza de macho enardecido. Que luego bajes a mis piernas firmes como tus convicciones gue...