Sombrerero - 09/2019
Estoy loco por ti, al parecer me convertiste en tu sombrerero, vi aquel un bolso lleno de los que dejé, esa fue mi manera de cuidar tu rostro del sol para cuando no pudieras refugiar tu mirada bajo mi mentón. De alguna manera ese hilo rojo del que tanto hablan los adolescentes, comenzó como un fino filamento rojizo en nuestra pubertad y fue creciendo hasta convertirse en un frondoso, y tal vez irrompible, telar. En el ayer, y especialmente en el ahora, cada vez que dos ideas surgen en mi mente, en medio aparecen tus ojos que flotan y danzan azules entre ellas, no hay dos pensamientos hilados sin que estén pintados de colores. Desde el día en que nos elegimos no volví a pensar en nada que me alejara de ti. Una especie de alocada sinapsis, o tal vez un desorden químico en el seno de mi memoria mas prístina y emotiva me guían a ti, me impiden ir muy lejos sin asegurarme de que te llevo conmigo. Haces que me pierda en tu mirada, en tus palabras y sobre todas las cosas, me pierdo en...