Hacer el amor es nacer en tu seno, es despertar en cada trocito de pellejo, es apuntar al todo despojándose del pasado y de los recuerdos. Es circunscribirse a la piel que aguanta la carne sobrecogida, el grito, las arrítmicas oleadas de sangre, los veleros sin amarras, es la lava del volcán, es la voz ronca que susurra rebuznos y gemidos. Hacer el amor es abrasar el instante, es desplegar las alas en un abrazo contemplando desde lo alto la trémula piel que nos dibuja para luego aterrizar en tu paisaje y aplastar violentamente la tierra con nuestros cuerpos. Hacer el amor es abstraerse religiosamente a los deslindes de nuestro propio dibujo sin permitirnos escapar de esa silueta que lo aprisiona todo y todo lo contiene como si nuestro orgasmo fuera una implosión suboceánica que deja vestigios del paso de la guerra; Que entren las explosiones, que no salga ninguna, que estallar dentro de ti sea me convierta en kamikase. Hacer el amor es hacer que mis pasos p...